Le costó a Oriente, es que la Copa Sudamericana para los equipos bolivianos va a ser siempre así. Tuvo que sufrir más de lo esperado anoche en el Tahuichi para encontrarse con la euforia, porque cuando los nervios cundían, cuando parecía que el colombiano Tolima se llevaba un empate de Santa Cruz apareció la cabeza salvadora de Mauricio Saucedo (79’) para enronquecer las miles de gargantas que gritaron el gol. Era clave ganar para ir con más confianza al duelo de vuelta, y Oriente lo logró.
Está claro que no fue fácil, por la dinámica de Tolima (juego rápido, de toque corto y a ras de piso) y porque, además, Oriente sintió los efectos de la seguidilla de partidos. Cimentó su esfuerzo en el temperamento de Gustavo Caamaño y en el corazón de Luis Gutiérrez para buscar la victoria. El cabezazo de Hoyos (65’) en el complemento, que obligó la estirada del meta Silva y la definición por arriba de Danilo Peinado (67’), avisaban que el local no se iba a rendir, pese a que el físico ya no respondía. Ahí fue clave el empuje de los hinchas.
En la primera etapa Oriente la pasó mal no sólo porque su rival era más rápido en el medio para tocar y salir, sino también porque no encontraba una coordinación entre líneas por el vacío que había en el medio. Dio la impresión de que el desgaste del clásico le pasó la factura a Argüello y, para colmo, no tuvo en Nicolás Suárez al soldado de otras batallas. Pese a la incomodidad, Oriente se dio modos para inquietar con el zapatazo de Campos (9’) y la buena diagonal de Peinado (24’), que acabó rematando Joselito Vaca.
Tolima manejaba los hilos con Bolívar y Hurtado bien parados en el medio y con el rápido Diego Chará como vía de escape por izquierda. Cuando pudo se apegó Rodrigo Marangoni, aunque con poca ‘gravitación’ en ofensiva. Oriente apelaba a los pelotazos en procura de una ‘heroica’ de Peinado, pero ese argumento más bien le facilitó las cosas a Díaz y Arrechea. En el complemento fue Tolima el que estuvo a punto de marcar (el gol hubiera sido ‘lapidario’, ya que a los 62’, y tras un tiro de esquina lanzado por Marangoni, la pelota le quedó rebotando a Aguilar, que le pegó casi cayéndose entre Schiapparelli y el ‘Gato’ Fernández, y el balón fue devuelto por el parante.
Eran momentos difíciles porque, además, daba la impresión de que Fernández estaba nervioso, pero, pese a ello, el DT Quinteros optó por jugárselas enviando a Alcides Peña en lugar del impreciso Suárez. La variante obligó a que Saucedo baje hasta la mitad de la cancha y que el equipo tenga otra dinámica con él en esa posición. Hoyos, a los 65’, casi sorprende al meta rival y después Peinado no definió bien un centro de Vaca. Eran los momentos de Oriente, porque después tuvo contra las cuerdas a su rival en tres minutos clave.
A los 77’ Peinado, con remate de larga distancia; a los 78’ con Saucedo obligando a que el meta enviara al corner un zapatazo desde fuera del área y a los 79’ con el cabezazo del ‘Flaco’ tras el tiro de esquina de Campos y después de elevarse bien antes del cruce de Gustavo Bolívar. Oriente explotó, el festejo fue más eufórico de lo normal porque habían sido momentos de angustia. Tras el gol, Oriente siguió presionando, más allá de que su rival salió en busca de la igualdad. Alcides Peña colaboró apretando y junto a él no desentonó Peinado, que volvió a demostrar su temple.
Cuando el árbitro Darío Agustín Ubriaco decretó el final vino la euforia, los abrazos y hasta las lágrimas de algunos hinchas apostados en las graderías. No era para menos, ya que lo de anoche fue más difícil de lo esperado porque los colombianos se pararon bien. Oriente consiguió tomar aire para la revancha, ya que la victoria le da confianza. No será fácil, aunque al menos se dio un buen paso.
Está claro que no fue fácil, por la dinámica de Tolima (juego rápido, de toque corto y a ras de piso) y porque, además, Oriente sintió los efectos de la seguidilla de partidos. Cimentó su esfuerzo en el temperamento de Gustavo Caamaño y en el corazón de Luis Gutiérrez para buscar la victoria. El cabezazo de Hoyos (65’) en el complemento, que obligó la estirada del meta Silva y la definición por arriba de Danilo Peinado (67’), avisaban que el local no se iba a rendir, pese a que el físico ya no respondía. Ahí fue clave el empuje de los hinchas.
En la primera etapa Oriente la pasó mal no sólo porque su rival era más rápido en el medio para tocar y salir, sino también porque no encontraba una coordinación entre líneas por el vacío que había en el medio. Dio la impresión de que el desgaste del clásico le pasó la factura a Argüello y, para colmo, no tuvo en Nicolás Suárez al soldado de otras batallas. Pese a la incomodidad, Oriente se dio modos para inquietar con el zapatazo de Campos (9’) y la buena diagonal de Peinado (24’), que acabó rematando Joselito Vaca.
Tolima manejaba los hilos con Bolívar y Hurtado bien parados en el medio y con el rápido Diego Chará como vía de escape por izquierda. Cuando pudo se apegó Rodrigo Marangoni, aunque con poca ‘gravitación’ en ofensiva. Oriente apelaba a los pelotazos en procura de una ‘heroica’ de Peinado, pero ese argumento más bien le facilitó las cosas a Díaz y Arrechea. En el complemento fue Tolima el que estuvo a punto de marcar (el gol hubiera sido ‘lapidario’, ya que a los 62’, y tras un tiro de esquina lanzado por Marangoni, la pelota le quedó rebotando a Aguilar, que le pegó casi cayéndose entre Schiapparelli y el ‘Gato’ Fernández, y el balón fue devuelto por el parante.
Eran momentos difíciles porque, además, daba la impresión de que Fernández estaba nervioso, pero, pese a ello, el DT Quinteros optó por jugárselas enviando a Alcides Peña en lugar del impreciso Suárez. La variante obligó a que Saucedo baje hasta la mitad de la cancha y que el equipo tenga otra dinámica con él en esa posición. Hoyos, a los 65’, casi sorprende al meta rival y después Peinado no definió bien un centro de Vaca. Eran los momentos de Oriente, porque después tuvo contra las cuerdas a su rival en tres minutos clave.
A los 77’ Peinado, con remate de larga distancia; a los 78’ con Saucedo obligando a que el meta enviara al corner un zapatazo desde fuera del área y a los 79’ con el cabezazo del ‘Flaco’ tras el tiro de esquina de Campos y después de elevarse bien antes del cruce de Gustavo Bolívar. Oriente explotó, el festejo fue más eufórico de lo normal porque habían sido momentos de angustia. Tras el gol, Oriente siguió presionando, más allá de que su rival salió en busca de la igualdad. Alcides Peña colaboró apretando y junto a él no desentonó Peinado, que volvió a demostrar su temple.
Cuando el árbitro Darío Agustín Ubriaco decretó el final vino la euforia, los abrazos y hasta las lágrimas de algunos hinchas apostados en las graderías. No era para menos, ya que lo de anoche fue más difícil de lo esperado porque los colombianos se pararon bien. Oriente consiguió tomar aire para la revancha, ya que la victoria le da confianza. No será fácil, aunque al menos se dio un buen paso.
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