Largo Camino

El coraje y el amor propio camuflaron anoche las falencias que aún tiene Oriente en todas sus líneas y que no terminan de complementarse. Eso sí, anoche se vio a un equipo más compacto con relación al que fue goleado el jueves. Schiapparelli de a poco se recupera, Melgar y Argüello le dieron mayor presencia en el medio y el ‘Conejo’ Arce arriba fue clave.
En el primer tiempo, cuando Blooming jugaba por los laterales, desnudó la fragilidad de la defensa verdolaga, especialmente por el carril derecho. La pareja de zagueros, integrada por Lorgio Suárez y Alejandro Schiapparelli pasó algunos sofocones cuando les metían las pelotas a sus espaldas, pero poco a poco fueron coordinando mejor con su pareja y lograron sacar adelante la primera mitad.
A estas falencias se le debe sumar la poca proyección de los laterales que no da opción de abrir la cancha para buscar una sorpresa con el cambio de punta.
La contención mejoró, pero aún falta mejorar en la entrega. Por hacer una de más, complicaron a la defensa más de una vez. La creación no funcionó, no tuvo la ‘chispa’ para abrir espacios en la defensa y habilitar a los atacantes.
En cuanto al ataque, la incorporación de Juan Carlos Arce puede ser un aporte importante, ya que mientras estuvo en cancha los zagueros de Blooming no pudieron pararlo, es más, Brandao tuvo que recurrir muchas veces a la falta para frenar sus escapadas. El paraguayo Palacios no mostró mucho con relación al partido anterior.
En el complemento, los cambios y el movimiento táctico que hizo el DT Gustavo Quinteros tanto en defensa, como en el medio campo, dieron mayor dinámica al equipo, pero no fueron suficientes para salir airosos en el clásico.
Ahora en Oriente sólo queda el consuelo de la mejoría, aunque el mismo entrenador lo toma con calma y dice que aún falta mucho camino por recorrer en cuanto a preparación. La eliminación de la Copa AeroSur permitirá a Quinteros y a su cuerpo técnico trabajar en lo que más necesita su equipo, coordinación y orden.
*fuente Diario El Deber*