viernes, 20 de mayo de 2011

El arbitro no quizo que seamos Campeones...

El resultado no fue el esperado, más allá de que anoche, en el estadio Hernando Siles, Oriente ‘se mató’ en procura de conseguir una victoria sobre Bolívar. Pero la garra, incluso cuando varios ya no tenían piernas, al final no bastó, y el 1-1 registrado tras un partido intenso lo deja casi sin opciones de alcanzar el título del torneo Adecuación cuando todavía quedan dos fechas para el final del torneo.
Nada que hacer para los albiverdes, pese a la gran actuación de Michael Etulain, en el arco, y de Alcides Peña, en ofensiva. Aunque también es importante señalar el grueso error del árbitro José Jordán, que anuló un gol legítimo a Peña a los 78’ cobrando una posición adelantada que no existió. Bolívar, cosa rara para muchos, acabó sin ideas y sin piernas, y de no ser por las arremetidas de Damián Lizio, el equipo pudo venirse abajo.
Pero vamos por parte. El local intentó controlar el balón en la primera etapa, apretando arriba y aprovechando los desbordes de Rudy Cardozo y Lorgio Álvarez que tuvieron a maltraer al ‘Colorado’ Hoyos; sin embargo, no era la noche de William Ferreira, que falló estando solo a los 8’ y a los 15’. La respuesta de Oriente se dio desde el minuto 24 cuando Veizaga y Terrazas coparon el medio y le permitieron a Aguirre manejar el balón.
Esta situación provocó que Peña y Arce incomoden a los centrales Ronald Rivero y Edemir Rodríguez, que le sacaron a tiempo el balón a Peña cuando desbordó por izquierda. La más clara para la visita se dio a los 35’ y fue desperdiciada por Hoyos, al que le cayó una pelota al borde del área chica y, en vez de dársela a Peña, remató cruzado desechando una inmejorable opción. La respuesta vino después con un remate de Flores (41’), que tapó Etulain, y otro de Lizio, que desperdició (42’) estando solo ante el meta rival.
Pero el complemento tenía reservadas las sorpresas, porque el primero en dar el golpe fue Oriente. Alcides Peña (51’) recibió un pase entre líneas de Terrazas, Rodríguez se quedó enganchado y el cotoqueño, tras burlar al meta Argüello, definió de derecha y a cobrar. La celebración albiverde fue eufórica, aunque todavía faltaba mucho por jugarse. Herido en su amor propio y mientras el público pedía la renuncia del técnico Hoyos y del volante Ronald García, Bolívar comenzó a apretar con desorden aunque aprovechando el bajón por la falta de aire en la visita.
El remate al poste de Ferreira (60’) avisaba lo que venía, ya que a los 70’ Lizio igualó tras rebote de Etulain, que rechazó un cabezazo de Zé Carlos (Hoyos, mal en la marca) y el 1-1 quedó sellado. Oriente no renunció, vino el gol legítimo de Peña, pero el juez lo anuló. Después el mismo Peña, Joselito Vaca y hasta Fernando Saucedo, que ingresó, gozaron de opciones claras, pero el físico no alcanzó y con el 1-1 el único que festejó fue el Tigre.

La figura

Michael Etulaín
Equipo: Oriente Petrolero
Puesto: arquero
El arquero uruguayo rayó a gran nivel. Le sacó dos goles cantados a Willian Ferreira en la primera parte y evitó otro de Lizio, más allá de que este marcó el empate. Es para destacar la seguridad de Michael Etulain y la confianza que transmitió desde atrás. Hizo un partido de alto nivel.

El ojo crítico

Caído del cielo
AlcidesPeña
Delantero
Peña ratifica su gran levantada
El atacante albiverde volvió a demostrar que en estos momentos no hay un delantero como él en el país. Cada pelota que agarró en ofensiva fue de peligro para su rival. Marcó un gol y le anularon otro. Estuvo despierto y fue siempre hacia el frente.

El duro
Wálter Flores
Volante
De juego recio y con roja directa
El juego de Flores es fuerte y casi siempre con mala intención. Ya le había pegado desde atrás al ‘Conejo’ Arce originándose una gresca entre ambos. Después, el de Bolívar escupió al de Oriente, originó su reacción y ambos acabaron con la roja directa.

Premio limón
Álex da Rosa
Volante
La apuesta de Hoyos decepcionó
El DT de Bolívar tuvo que sacrificar al meta Argüello (por el cupo de extranjeros) para incluir a Álex da Rosa. Al arco fue un nervioso Quiñones, y el brasileño acabó decepcionando. Lució displicente, sin confianza y con poca actitud. Se fue rechiflado.

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