Después de dos años jugando fuera del país, Carlos Arias decidió volver para fichar por Oriente Petrolero,
el único equipo grande al que le faltaba defender. El arquero habló de
su regreso a Santa Cruz, de la ilusión por defender la albiverde y por
volver a la selección en poco tiempo.
Después de estar en Israel y
España, Arias quiere transmitir lo que aprendió a los más jóvenes, pues
considera que el principal problema de nuestro fútbol son las
divisiones inferiores. Mientras se pone en buen estado físico, ya se
imagina su primer clásico ante su exequipo, Blooming, donde nació
profesionalmente.
- ¿Llegar a Oriente era una asignatura pendiente?
-
Me siento un privilegiado de estar en este club, gracias a Dios estoy
orgulloso de haber estado en los cuatro más grandes del país (The
Strongest, Bolívar y Blooming), con el respeto que se merecen las otras
instituciones.
- ¿Cómo te sentiste al volver a trabajar en un grupo?
-
El primer día el trabajo lo sentí fuerte porque, si bien venía
trabajando solo, no es lo mismo que estar en grupo donde hay una mayor
exigencia, porque tenés que estar a la par del resto.
- ¿Qué hablaste con Erwin Sánchez en tu primer día?
-
Me dio la bienvenida, como todo el plantel. Sé cómo trabaja Erwin
porque fui dirigido por él en la selección, así que en ese sentido no
tendré inconvenientes. Él jugó en Europa y es como dice, que no hay
titulares ni suplentes y que el puesto te lo ganás en la práctia.
- ¿Ves difícil la lucha por el puesto en el arco?
-
Está peleado porque somos cinco y solo juega uno, así que para ser
titular tenés que estar muy bien. La competición será espectacular y
sana, pues al final se beneficia todo el grupo. El técnico decidirá
quién juega y los que no estemos vamos a apoyar con la misma fuerza para
ganar.
- ¿Por qué no se pudo seguir en el exterior?
-
No sé qué tan cerca estaba mi salida al exterior, porque la verdad
nunca vi un papel. Todo este tiempo estuvimos a la espera de algún
documento oficial, pero no llegó; pues cuando me fui a Israel (Netanya)
nos enviaron un papel membretado, lo mismo que cuando me contrataron en
España (Córdoba), ambas fueron ofertas serias, pero en este caso creo
que solo fueron intenciones. Los días pasaban y no podía darme el lujo
de seguir esperando.
- Hace dos meses, cuando llegaste de España, Oriente te contactó ¿Por qué no se arregló en ese momento?
-
Pasó que recién había llegado y la verdad que el interés de Oriente me
sorprendió, porque ni bien arribé, una tarde, la dirigencia me habló,
pero no se pudo por ciertos motivos; sin embargo, el tren volvió a pasar
y esta vez tenía que subir, porque Oriente es Oriente, uno de los
equipos más grandes y con mayor hinchada en el país.
- En
Santa Cruz la gente te identifica con Blooming, por los años que jugaste
en ese equipo ¿Tomaste en cuenta eso al momento de arreglar en Oriente?
-
Aprendí que tengo que vivir el presente. Soy un agradecido con Blooming
por todo lo que me brindó en nueve años que estuve en esa institución
nací profesionalmente, después estuve en Bolívar y en The Strongest, así
también agradezco a esos clubes que me abrieron las puertas, pero soy
un profesional y trabajo donde me quieren, así que Oriente me quiso y
estoy feliz por este nuevo desafío.
- ¿Te imaginás tu primer clásico con la camiseta de Oriente?
-
Desde hace algunos días estoy pensando en cómo será mi primer clásico
en Oriente, pues en Blooming disputé mucho, lo mismo que en La Paz,
cuando estuve en Bolívar y en The Strongest. Ahora no me acuerdo del
último clásico cruceño que jugué.
- Después de dos años jugando fuera ¿Cómo tomó tu familia el hecho de que volvás a Santa Cruz?
-
Ahora sí está muy tranquila, porque pasaba el tiempo y las
posibilidades para seguir jugando fuera del país no se concretaban, pues
no había documentos oficiales y eso preocupaba a la gente que me rodea,
porque es lógico, uno vive de esto porque es lo que sabemos hacer.
Ahora todo está más que bien, porque volvimos a nuestra tierra después
de estar cinco años fuera: tres años en el interior y dos en el
exterior, así que es un doble premio porque no hay nada mejor y más
lindo en la vida que disfrutar de la familia, ya que toda persona está
de paso en este mundo y cuando se van nos pesa todo el tiempo perdido.
- ¿Lo decís por tu padre? (falleció hace algunos años)
-
Sí, lo digo por él porque no lo pude disfrutar mucho, ya que cuando
salí de Portachuelo solo tenía 17 años y lo veía algunos fines de semana
sí y otros no, porque eso es el fútbol, así como te da también te
quita.
- ¿El fútbol quita mucho?
- Claro, el tiempo
con la familia, porque en el fútbol no podés tener fines de semana con
los tuyos, como lo hace la gente normalmente, ya que los jugadores
estamos trabajando en esos momentos. Eso es lo malo de este deporte,
que, sin embargo, es nuestra pasión.
- Con todo lo que pasó ¿hasta los cuantos años pensás jugar?
-
Lo que pasa es que esta es mí fuente de trabajo y con esto sostengo a
mi familia, por ahí no sirve de nada tener todo el tiempo con la familia
si no podés darle las comodidades que querés que tengan.
Sobre
el tiempo que me queda por jugar, voy a hacerlo hasta que Dios lo
permita, porque soy consciente de que las lesiones tienen que respetarte
(no sufrir problemas físicos), así que trabajaré mientras siga
sintiéndome bien, pero soy consciente de que veo el retiro porque tengo
32 años y por ahí tan lejos no está.
- Son 16 años que llevás
jugando, has estado en los clubes grandes del país y estuviste dos años
en el exterior ¿tenés el futuro asegurado en la parte económica?
-
Hay que aclarar que cuando uno comienza a jugar no ganás $us 1.000,
pues por ahí solo $us 200, recién cuando te consolidás es que ganás
bien, pero igual lo que se paga acá no da para asegurarte el futuro
completo, es verdad que te da para vivir bien y ahorrar algo; sin
embargo, no es como en otras partes del mundo, como en Europa donde con
un contrato asegurás el bienestar de tu familia. Así que uno tiene que
ser inteligente para que luego del fútbol podás montar algún negocio o
empresa.
- ¿Qué aprendiste en estos dos años jugando fuera del país?
-
Competitividad y mucho, y eso se tiene que dar acá, en los
entrenamientos, todos los días. En los equipos del exterior todos los
trabajos se hacen el cien por cien, ya que el fútbol es intenso y
rápido, así que eso yo lo tengo claro.
- ¿Extrañás la selección?
-
Mucho, porque he estado desde 2001, pero soy consciente de que no puedo
estar hoy porque no tengo competencia, así que quiero ponerme al ciento
por ciento y después se verá si el seleccionador decide tomarme en
cuenta.
- ¿Cómo ves el futuro de Bolivia en las eliminatorias?
-
Complicado, porque hemos perdido cinco puntos en casa, pero no debemos
caernos porque hay que luchar hasta cuando tengamos chance; no obstante,
siempre lo digo, que esto no cambia porque no se trabaja bien en las
divisiones menores, todo el mundo lo sabe, pero no se hace nada, ni
siquiera poco. Por ejemplo, me pregunto qué pasó con los jugadores de la
sub 17 que hace poco estuvo a punto de clasificarse a un Mundial, la
verdad que escucho a pocos de ellos, cuando deberían tener más apoyo y
protagonismo porque ellos pueden ser el colchón cuando a otros nos toque
dejar el fútbol.
- ¿Qué hace falta para tener buenas selecciones menores?
-
Gestión. Hace poco hablé con Juan Arango (Venezuela), que me dijo que
él, como varios de los seleccionados, viene jugando en la Vinotinto
desde que tenía 15 años. Me contó que a los chicos que tienen buenas
condiciones y viven lejos de Caracas, la Federación venezolana habla con
sus padres y les propone formar a sus hijos como futbolistas y que
tendrán estudios y comida y hospedaje durante dos años de preparación.
Además, tienen patrocinadores que creen en los proyectos, porque hay
seriedad. Acá se puede hacer eso, pero hay que querer hacer algo.
- Hay generaciones de buenos jugadores que se perdieron rápidamente ¿Por qué se da eso?
-
No sé, por ejemplo los de mi generación, que jugamos desde las
selecciones sub 17, hoy quedamos solo Ronald Raldes, Ronald García,
Julio César Cortez y yo, después no he visto a los demás, así que no sé
qué es lo que pasa, por ahí falta seguimiento, apoyo, impulso y esa
motivación que ayuda a seguir.
- ¿Estás de acuerdo que a los jugadores de 20 años se les trate como si fueran chicos o juveniles?
-
Chicos son los que tienen 15 o 16 años, después no, porque en Europa
hay futbolistas de 20 años que son figuras mundiales. El jugador tiene
que entender que todo depende de uno mismo, que debe entrenar al máximo
para aguantar todas las adversidades en esta profesión. A los jóvenes
hay que exigirles, uno no se puede caer, yo recuerdo que Boca me hizo
seis en la Bombonera, Ecuador cinco y nunca me derrumbé, seguí
trabajando duro y pude salir adelante.
- ¿En esta época que es lo más importante para un futbolista, el dinero o lo futbolístico?
-
Es que una cosa te lleva a la otra, si te superás, seguro vas a ganar
mucha plata, así que lo más importante es la superación; a todos los que
sobresalieron les ha ido muy bien en la parte económica.
Ganador
Desde Portachuelo
Nació
el 17 de abril en Portachuelo, desde donde salió a los 17 años para
dedicar su vida al fútbol, su pasión. Debutó en Blooming, a poco de
cumplir 18 años y desde esa edad le dio alegrías a la hinchada celeste.
Luego pasó por The Strongest y Bolívar, donde también obtuvo títulos
nacionales. En 2010 fue a jugar fútbol a Israel (Netanya), donde fue el
mejor portero, lo que le valió que el año pasado el club Córdoba, de la
segunda división de España, se fijara en él. Ahora tiene un nuevo
desafío en Oriente.
En el exterior aprendí competitividad y eso
se tiene que dar acá, en los entrenamientos, todos los días, porque en
Europa es así”
Chicos son los que tienen 15 o 16 años, después no, porque en Europa hay futbolistas de 20 años que son figuras mundiales”